Cuadro cuadrado abstracto en blanco y negro, con trazos gruesos y curvilíneos que forman una composición geométrica equilibrada. Los tonos contrastantes de blanco y negro crean una sensación de profundidad y movimiento dentro de una estructura armónica. Este cuadro evoca sensaciones de energía y modernidad, ideal para ambientes minimalistas o contemporáneos. Combina a la perfección con tonos neutros, blancos, negros y grises, y es perfecto para decorar salones, estudios o espacios abiertos.