Cuadro cuadrado abstracto que evoca un paisaje brumoso sobre un lago. Con una combinación de tonos grises, beige y azul suave, la obra transmite una sensación de calma y serenidad, como una mañana nublada en un paisaje natural. Los colores utilizados, predominantemente gris, beige y azul claro, crean una atmósfera pacífica. Este cuadro es ideal para decoraciones minimalistas o modernas, combinando perfectamente con muebles en tonos neutros, blancos, gris claro y madera clara.